Aunque cada día es un poco mejor el asistente sigue siendo deficiente, la respuesta es lenta y las únicas manera de invocarlo es con «Ok, Google o Hey, Google» dos palabras que ya se antojan largas. No llamamos habitualmente a nadie por su nombre y apellidos.
La reproducción de los servicios de streaming no es perfecta y se necesita una cuenta de pago para poder pedir un artista concreto o un tema determinado.